Inversión de Impacto en CA
Entrevista a:
- Daniel Granada: Socio en Pomona Impact – Fondo de Inversión de Impacto
- Kristine Bouscayrol: Directora del Departamento Corporativo en Alegalis
Entrevista a Daniel Granada (Pomona Impact)
1. ¿Qué es Inversión de Impacto y su contexto?
En su sentido más amplio la inversión de impacto se refiere a las inversiones realizadas en empresas, organizaciones y fondos con la intención de generar un impacto social o ambiental medible y positivo al mismo tiempo que genera un rendimiento financiero. Esto incluye un rango de inversiones que van desde etapa muy temprana (capital semilla) hasta transacciones más típicas de private equity como son las fusiones y adquisiciones. Si bien se ha venido hablando de inversiones que limiten las externalidades negativas desde los años 90, fue hasta el 2007 que el término «inversión de impacto» se utilizó por primera vez en una reunión organizada por la Fundación Rockefeller.
Desde entonces, la industria ha crecido muchísimo. Los resultados de la encuesta anual para el 2017 de La Red Global de Inversión de Impacto (GIIN, por sus siglas en inglés) demuestran que, a nivel global, 208 fondos gestionan USD$114 mil millones en capital destinado a la inversión de impacto. Es importante notar que el 9% de ese capital ha sido destinado hacia Latinoamérica y el Caribe, pero únicamente un 5% de los 208 inversores reportó tener su oficina principal en nuestra región.
Por otro lado, la Asociación Latinoamericana de Private Equity & Venture Capital (LAVCA, por sus siglas en inglés) estimó en su reporte del 2016 «El Panorama de Inversión de Impacto en Latinoamérica» que los inversores de impacto con sede en Latinoamérica gestionan USD$1,2 mil millones en activos, principalmente en México, Colombia y Brasil. Específicamente en Centroamérica, el reporte de LAVCA identificó a 9 inversores con actividad en Centroamérica, de los cuales apenas 4 están basados en la región. Entre los años 2014 y 2015 se invirtieron USD$255 millones en Centroamérica; sin embargo, 95% de esos fondos fueron destinados a la industria de microfinanzas. Visto de otra forma, entre 2014 y 2015 se invirtieron apenas USD$12 millones en negocios de impacto en Centroamérica.
2. ¿Qué tiene de diferente de las inversiones comunes?
Una de las diferencias fundamentales entre la inversión de impacto y los conceptos de inversión responsable que le precedieron es el compromiso de medir el desempeño social y ambiental con el mismo rigor que se aplica a la medición del desempeño financiero.
En Pomona hemos adoptado las métricas de IRIS (Impact Reporting and Investment Standards) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para medir el impacto social y ambiental de las empresas en las que invertimos. Por otro lado, los inversionistas de impacto estamos buscando conectar el mundo de la filantropía con los mercados financieros tradicionales. En el mercado global de inversión de impacto existen fondos con expectativas de retorno que van desde concesionales hasta tasas que van por encima del retorno esperado en el mercado. En Pomona Impact nos enfocamos en demostrar que en Centroamérica existen oportunidades de generación de impacto con retornos del 10-12% neto a nuestros inversores; y para lograrlo nos enfocamos en utilizar instrumentos de deuda mezzanine que ofrecen flexibilidad a nuestros clientes y salidas pre-estructuradas que reducen el perfil de riesgo de nuestras inversiones.
3. ¿Cuánto y en quiénes/dónde han invertido? ¿Planes a futuro?
Desde su inicio en 2011 Pomona Impact ha invertido un total de USD$2 millones en 20 empresas; parte de estos fondos provienen de un préstamo de USD$1 millón que recibimos del Fondo Multilateral de Inversiones en 2016, que nos permitió acelerar nuestras operaciones y afinar la tesis de inversión de nuestro segundo fondo de impacto. A través del Pomona Impact Fund II invertiremos USD$30 millones durante los próximos 5 años en aproximadamente 15 empresas Centroamericanas, en etapa temprana de crecimiento en las industrias de agro-procesamiento y servicios básicos (energía, agua, salud, educación y vivienda).
Actualmente estamos en proceso de recaudación de fondos para el Pomona Impact Fund II, con la meta de hacer un primer cierre de USD$15 millones en el tercer trimestre del 2018. Hasta el momento contamos con compromisos firmes por USD$12 millones, incluyendo bancos de desarrollo y fondos de capital privado en EE. UU.; sin embargo, lo que mas nos enorgullece es contar con compromisos por USD$5 millones de grupos empresariales locales en Guatemala y El Salvador que entienden el rol que su capital puede jugar en el desarrollo de la región. Para nosotros estos inversores locales representan capital inteligente, ya que conocen la región – sus retos y oportunidades – y eventualmente serán una fuente de co-inversión y asesoría para las empresas de nuestra cartera. Seguimos interesados en incrementar la participación del capital local en el Fund II, y para nuestro primer cierre esperamos contar con inversores de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
4. ¿Además de Inversión económica que otro valor aportan al emprendimiento?
En Pomona Impact sabemos que no podemos ser inversionistas pasivos. Trabajamos muy de cerca con las empresas de nuestra cartera para abrirles acceso a otras fuentes de capital, mejorar su acceso a nuevos mercados y a través de nuestra red profesional, proveer asesoría de negocios. Lo que nuestros clientes más valoran es que nuestra visión regional nos permite identificar oportunidades de crecimiento que no siempre son evidentes a nivel local o nacional.
Por otro lado, desde el 2016 creamos la Fundación Pomona Impact con la misión de apoyar el crecimiento del ecosistema de emprendimiento social e inversión de impacto en Centroamérica. A través de la Fundación creamos el primer programa de aceleración de negocios de tecnologías agrícolas de la región (Pomona AgTech Accelerator). En el 2017 la Plataforma AgTech de Pomona ganó financiamiento para operar por 3 años y aumentar su huella con nuevos programas para empresas en etapas mas tempranas de desarrollo. Como resultado, está creando una excelente red de innovadores, mentores, compradores e inversores en el espacio. Finalmente, fundamos los espacios de trabajo compartido; Chamba en Ciudad de Guatemala e Impact Hub Antigua en Antigua Guatemala y estamos apoyando la creación de otros Impact Hubs en Centroamérica. Estos espacios se han transformado en centros de emprendimiento social e innovación, donde los emprendedores llegan a compartir y a mejorar sus modelos de negocios de la mano de socios multidisciplinarios; como es el caso de Fundación Paso 2 y Alegalis quienes proveen asesoría a emprendedores sociales para encontrar fuentes de fondeo y asesoría legal.
5. ¿Cómo deciden en quién invertir?
Una de nuestras principales tareas en este momento es construir un flujo de proyectos para el Fund II. En lo que va del 2018, hemos generado un flujo de 80 inversiones potenciales, un incremento sustancial a nuestros números para el 2017 (170 en total). Trabajamos de cerca con los principales programas de aceleración de negocios, universidades, co-inversores y otros socios en Centroamérica, pero cada vez más empresarios nos contactan directamente a través de nuestro sitio de internet. Este flujo de proyectos es esencial para mantener una cartera saludable ya que en el mejor de los casos lograremos invertir en entre 2-4% de los negocios que analizamos.
Nuestros procesos de selección incluyen 3 etapas de aprobación;
(1) filtro inicial en el que vemos el encaje de la oportunidad con nuestra tesis de inversión, es decir, ¿la empresa cumple con nuestros requisitos de (industria, país, retorno, impacto, monto, etapa)?
(2) análisis de factores internos y externos, y finalmente
(3) nuestro comité de inversiones, donde analizamos a mayor detalle los factores internos y externos del negocio y nos apoyamos en nuestros abogados y consultores externos para hacer una debida diligencia legal y comercial.
Entrevista a la firma Alegalis y Fundación Paso 2:
A través de los últimos 3 años hemos asesorado a Pomona y acompañado a los emprendimientos sociales que se benefician de sus planes de aceleración e inversión, estas son algunas de las principales dudas que hemos identificado:
6. ¿Cómo se estructura una empresa para tener fines sociales pero también lucrativos?
Debido a la tendencia social de los últimos años, los fondos destinados a donación han disminuido y han aumentado los fondos destinados a inversión de impacto. Por ello, muchas organizaciones sin fines de lucro empiezan a considerar cambiar de un modelo de donación a uno de autosuficiencia que les permita generar retornos y recibir inversión. Pero acá se encuentran con el dilema: ¿Cómo generar y repartir ganancias sin perder los beneficios de una entidad con fines sociales?
Usualmente se entiende que para poder generar un impacto social las figuras legales que están de por medio son las Fundaciones, Asociaciones u ONGs, sin embargo, existen estructuras legales integrales que pueden hacer ocurrir tanto el fin social como la retribución económica del negocio. A diferencia de otros países como EEUU, en Guatemala no existe una figura única que integre la función con fines de lucro de una empresa y la función social, ya que las leyes separan tajantemente ambas ramas: Civil y Mercantil.
Generalmente para las empresas sociales “híbridas” que buscan ambos fines, se deben incluir dos estructuras legales paralelas, por ejemplo:
- Una entidad mercantil (ej: Sociedad Anónima) que permite la repartición de ganancias entre socios y paralelamente,
- Una entidad civil (Fundación, Asociación, ONG, etc), la cual puede percibir donaciones y recibir fondos de la entidad mercantil para la realización social. Este tipo de figuras legales sin ánimo de lucro son ideales para la recaudación de fondos y generan exenciones y exoneraciones fiscales por la actividad social que representan, pero no son aptas para recibir inversión pues al ser no lucrativas no hay opción de repartición de ganancias.
En Fundación Paso 2 junto con Alegalis hemos asesorado a más de 600 emprendimientos en los últimos 3 años y nuestra percepción es que si bien Guatemala tiene índices muy altos de emprendimiento (puesto 9 de 50 países entrevistados según el Monitor Global de Emprendimiento) la mayoría se encuentra en etapas nacientes y enfrenta dos dificultades principales:
- Falta de acceso a financiamiento
- Falta de formalidad para recibir inversión, ser un negocio escalable y generar empleo.
Nuestro aporte apunta a formalizar negocios y capacitarlos en que conozcan las estructuras legales que les permitirá pasar de un modelo de donación o negocio de “autoempleo” a un modelo formal, escalable y apto para recibir inversión, esto lo hacemos a través de talleres gratuitos o asesoría individual a costos beneficiados.
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